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“Si todos fuésemos racionales, en general, no invertiríamos tan mal, no haríamos locuras colectivas”

3 de febrero de 2012

Javier Otazu Ojer, profesor de Economía en la UNED de Tudela y en la UPNA, imparte a partir del próximo 22 de febrero en la UNED de Tudela el curso “Economía Emocional y finanzas”.

¿Qué es la economía emocional? ¿Para qué sirve?


"Es una ampliación de la economía tradicional, la cual está basada en la racionalidad de las personas y en modelos matemáticos para predecir comportamientos individuales y globales. Así, la economía tradicional estudia la mejor asignación posible de recursos en un mundo en el que dichos recursos son escasos y los deseos humanos ilimitados. La economía emocional hace lo mismo añadiendo a los supuestos anteriores aspectos biológicos, sociológicos y psicológicos, entre otros. Si todos fuésemos racionales, en general, no invertiríamos tan mal, no haríamos locuras colectivas".

¿Qué aporta la economía emocional respecto a la visión de la economía tradicional?



"Una visión de la economía con menos aspectos matemáticos y con más aplicaciones para nuestras decisiones, sean del tipo que sean (estamos tomando de forma reiterada decisiones que afectan a nuestras compras, a nuestra salud o a nuestra vida social y familiar. Por ejemplo, una palabra mal dicha en un momento dado puede tener una difícil vuelta atrás). Además, se le intenta dar un enfoque entretenido y práctico”.

¿Qué aspectos determinan una compra?

"En este curso nosotros vamos a estudiar una parte de la economía emocional: la referida a nuestras decisiones de compras e inversiones. En esencia, la teoría tradicional supone que nuestras decisiones de compra dependen de nuestro presupuesto y de nuestras preferencias. A partir de ahí, tomamos la decisión óptima.

La economía emocional, sin embargo, observa 4 factores de distorsión que son el cerebro (somos humanos y muchas decisiones vienen dadas por la biología; por ejemplo, se desconoce que muchas veces compramos y luego racionalizamos la compra), la percepción (por ejemplo, tenemos más hambre antes de comer y podemos realizar compras más ineficientes), las interferencias sociales (son múltiples, por ejemplo, tendemos a invertir donde invierten los demás) y las interferencias comerciales (aunque la publicidad es positiva para informarnos, a menudo las empresas y los centros comerciales emplean múltiples trucos para que compremos más).

¿Qué pretende aportar este curso a los asistentes?



"El curso pretende aportar instrumentos y modelos para mejorar nuestras compras y nuestras inversiones. Como paso adicional, llegar a comprender (analizando ideas actuales de los mercados financieros) cómo la suma de decisiones individuales afecta a la economía global, siendo éste uno de los aspectos claves de la crisis económica actual”.