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“Vivimos en una sociedad donde cada vez es más necesario saber hablar en público”

23 de junio de 2006

Entrevista a Pedro María Mendive Sarasíbar, formador y consultor en Comunicación.

Impartió en nuestro Centro durante el mes de mayo el curso “Hablar y presentar ideas eficazmente en público”, en el que enseñó a los alumnos técnicas para mejorar la expresión y superar el temor a hablar en público. [¿Es necesario aprender a hablar en público]

Nadie nace sabiendo hablar en público. Vivimos en una sociedad donde cada vez es más necesario dominar esta capacidad de poder dirigirse a un público ya que, tanto en el mundo empresarial como en el mundo social, cada vez hay más personas que debido a su trabajo se ven en la obligación de hablar en público.

Además, se suele dar la situación de que jóvenes con mucha formación académica, lo cuando tienen la primera entrevista de trabajo lo pasan mal. O cuando el abogado recién licenciado tiene su primera vista no sabe muy bien cómo hacerla. La universidad no nos capacita para esta actividad, y es necesario desarrollarla.

Cada vez hay más gente que tiene deseos de sacudirse el nerviosismo y dominar unas técnicas para hablar.

[¿Es necesario únicamente dominar el nerviosismo?]

Depende. Indudablemente, hay personas que por temperamento lo tienen más fácil, al ser más extrovertidas.

Cuando una persona habla en público es centro de la mirada de todos y, si hay una cierta timidez personal y no ha habido un cierto entrenamiento previo, le suele costar dar el primer paso. Esto no requiere trato de psicólogo ni psiquiatra, sino sólo empezar a hablar.

Una mentalidad positiva siempre es importante, aunque lo más importante es hablar y hablar y hablar... Así se adquiere el oficio.

[¿Qué técnicas o trucos ha enseñado en el curso?]

Algunos las llaman trucos, pero yo prefiero llamarlas técnicas.

Lo principal es que antes de hablar tienes que saber qué objetivo buscas y qué persigues. También tendrás que saber a quién te diriges, es fundamental conocer al público.

Otro aspecto es saber de qué tiempo dispones para hablar y conocer qué le interesa a la audiencia que vas a tener.

Es importante cómo preparas una intervención, porque no son todas iguales: pueden ser para informar, para persuadir, para entretener, para defender ideas, para hacer presentaciones, homenajes... y para cada una de ellas será necesario conocer determinados esquemas y estructuras.

En cuanto a la charla en sí, es importantísimo el lenguaje no verbal. No basta con saber lo que vas a decir sino cómo lo dices y, de alguna manera, hay que estar convencido que cuando uno sale al público es un actor. Y si el actor de teatro se sabe el libreto pero no tiene gracia, o no le funcionan los gestos será un desastre... le pasa igual al que habla, que puede saber mucho pero puede aburrir. Para que esto no ocurra debe saber qué recursos tiene de expresión.

[Para ello es necesario aprender a presentar las ideas eficazmente]

Todos tenemos experiencia de habernos dormido en alguna clase por lo aburrida que era. Hay gente que sabe mucho de un tema pero no sabe expresar sus ideas.. Habría que superar esa rutina, y actualizar esos apuntes que tienes desde hace 20 años.

Hay que tener siempre presente la idea de que, no es que se deba hablar al público, sino que se debe hablar con el público. La comunicación exige una especie de buena sintonía con el público, una interacción.

Vallejo Nájera decía que hay dos tipos de oradores que el público no soporta: uno es el engreído, el chulo, que se sitúa por encima del bien y del mal y no llega al público; el otro es el pelma, el que no termina de hablar, aburrido, que se mueve en la pura abstracción y no presenta ideas con elementos gráficos.

[Unas de las personas que más hablan en público son los políticos. ¿Cuál es el nivel actual de los políticos a nivel de oratoria?]

En el caso de los políticos es importante la presentación del discurso, que prácticamente está escrito y que, si no hay un cierto arte de saberse separar del papel y hacerlo vivo, puede ser un poco monótono.

El político se la juega en el cara a cara, donde no hay papeles. En la rapidez, en los reflejos, en la improvisación. En lo acertado de las comparaciones que puede hacer. Por ejemplo, la frase de Zapatero el otro día sobre “profetas del desastre y desastres de profetas” se graba en el oyente y tiene garra. El político tiene que servir en bandeja los mensajes para que el público los recuerde. Es importante la retórica, las comparaciones, las analogías o los anecdotarios.

De todas formas, aunque ya no está en activo, creo que ha habido pocos políticos con la capacidad de hablar y convencer como Felipe González.

[Ya para finalizar, ¿cómo ha ido el desarrollo del curso?]

Muy bien. Es la primera vez que imparto el curso en Tudela y estoy sorprendido de la entrega que han tenido los participantes en el curso y lo bien que se han preparado las prácticas.

Creo, además, que el éxito del curso está en conseguir que la gente hable bien y dé buenas charlas, y así ha sido durante todas las sesiones. Felicito desde aquí a los alumnos.