Búsqueda
Mapa web
Sugerencias
Campus UNED

"Nuestro comportamiento varía según el contexto en el que nos encontramos; eso tiene unas implicaciones asombrosas"

26 de febrero de 2014

Entrevistamos a Javier Otazu, profesor de Economía en la UNED de Tudela y encargado de impartir el curso Economía emocional y del comportamiento.

El título del curso "Economía emocional y del comportamiento", ¿a qué se refiere? ¿Qué encierra ese enunciado?

La economía tradicional enseña que las personas toman siempre decisiones de manera racional, maximizando su felicidad en función de su presupuesto monetario y de sus gustos. Con estas premisas se desarrolla gran parte de la teoría económica conocida.

Por supuesto, existen muchos modelos económicos que se asemejan a la realidad y que son válidos; otros sin embargo, no sirven.

En todo caso, el curso indica tres cosas:

- lo primero es que está demostrado que el 80% de nuestras decisiones son emocionales o bien las hacemos de forma inconsciente, y tan sólo el 20% de las decisiones son racionales. Esto supone que para comprender lo que hacemos debemos saber más del cerebro y en este sentido ya se está desarrollando la nueva ciencia de la neuroeconomía.

- En segundo lugar, con economía del comportamiento me refiero al contexto; en otras palabras, variamos nuestro comportamiento según el contexto en el que nos encontramos. Y eso tiene unas implicaciones asombrosas.

- Tercero y último, todos los agentes económicos (consumidores, productores o sector público) son o están regidos por personas, y en general las personas pelean por dinero, poder, seres queridos o propósitos vitales. Cabe esperar que esto incida en el funcionamiento de las instituciones y de las empresas. Es decir, en las economías.

¿A qué hacemos referencia cuando hablamos de la economía como una ciencia esotérica?

Mario Bunge escribió un libro en el que alerta acerca de la credibilidad de las “pseudociencias”, las cuales no tienen soporte científico; en las mismas nombraba la astrología, el tarot o la economía.

Aunque hay quien dice que actualmente la economía más que una ciencia esotérica es una ciencia fúnebre, la cuestión es que los instrumentos que aporta para realizar predicciones no han servido para nada. Es cierto que hubo quien divisó el estallido de la burbuja inmobiliaria, pero que yo sepa nadie o casi nadie pensaba hace dos años que el paro en España iba a ser el que es.

Explíquenos la diferencia entre los dos tipos de teorías a las que hace referencia en su curso; la economía emocional y la economía del comportamiento.

La primera enseña el funcionamiento del cerebro en el área de la toma de decisiones y la segunda explica como cabe esperar que van a reaccionar las personas según el contexto en el que se encuentran. Por ejemplo, nos comportamos de forma distinta en el trabajo o en casa, en un día soleado o en un día lluvioso, cuando pensamos que la economía va a ir bien (gastamos más) o cuando pensamos que va a ir mal (ahorramos más); curiosamente nuestro grado de honestidad depende del contexto.

¿Es necesaria una nueva teoría adaptada a los nuevos tiempos? ¿Por qué?

Históricamente siempre que una teoría no se adapta a la realidad, se cambia. Por ejemplo, antes de la crisis una bajada de tipos de interés reactivaba la economía; ahora no ha pasado eso, o al menos no ha ocurrido en la magnitud esperada. Antes, un aumento del gasto público generaba un efecto multiplicador en el conjunto de la actividad económica que lo compensaba; si recordamos medidas como el plan E, han generado una deuda enorme.

Hace años el gobierno japonés aumentó el gasto público para reflotar la economía y ahora está introduciendo dinero a mansalva; es la Abeconomía, en honor a su primer ministro, Shinzo Abe. La población pensó que si el gobierno hacía eso era debido a que la situación era muy mala, con lo cual se asustó y todavía gastó menos. Eso es economía emocional y del comportamiento.

Háblenos de los nuevos conceptos económicos y sociales que ocuparán nuestras vidas a partir de ahora y a los que hace referencia en su programa?

Hay tanto que haré una selección de los principales. Antifragilidad es un concepto acuñado por Nassim Taleb. Algo antifrágil es algo que se beneficia del desorden y del caos; por ejemplo, una hidra o un grupo terrorista. Las personas o las instituciones son frágiles.

Nomofobia es el miedo a estar sin en móvil; se estima que el 60% de los británicos lo padece. ¿Quién lo pasó bien cuando WhatsApp no funcionó el sábado 22 de febrero por la tarde? Conocer el concepto nos ayuda a desengancharnos.

Priming es un tipo de memoria que se activa ante el reconocimiento de estímulos previamente presentados; se usa para vender más.

La Inteligencia contextual complementa a la conocida inteligencia emocional de Daniel Goleman y sirve para adaptarnos a los constantes cambios que vamos a tener en la vida; ya lo dijo Francis Bacon “el que no aplique nuevos remedios debe esperar nuevos males, porque el mayor innovador es el tiempo”.