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Los escritores Javier Puebla, Fernando Marías y Luis Alberto de Cuenca en la UNED de Tudela

17 de diciembre de 2008

Acudieron a la universidad el pasado día 16 de diciembre para participar en un encuentro literario en el que rindieron tributo a la palabra

Los tres expusieron sus teorías sobre un término tan "impreciso" como la palabra, en un debate en el que le han rendido un tributo a su herramienta de trabajo, a la que se enfrentan a diario y que han calificado de "poderosísima".

La actividad, que se enmarca dentro de las actividades de conmemoración del décimo aniversario de la UNED de Tudela como Centro Asociado, fueron presentados por Elena Casas y Luis Fernández, Ex Coordinadora de Extensión Universitaria y Director de la UNED de Tudela respectivamente.

El que fuese director de la Biblioteca Nacional y secretario de Cultura del Gobierno central, el poeta Luis Alberto De Cuenca, definió la palabra como "aquello que nos configura como seres humanos", mientras que el finalista del Premio Nadal Javier Puebla se refirió a ella como "un acto mágico".

Por su parte, Fernando Marías, ganador del Premio Nadal (2001) y del Premio Nacional de Literatura infantil y juvenil (2006) la definió como su "herramienta de comunicación y de emoción".

No obstante, Marías subrayó incluso que la palabra "es lo más poderoso que hay, si dejamos de lado la fuerza física" y coincidió con sus dos compañeros en la referencia al poder que ésta encierra.

De Cuenca la calificó de "poderosísima" ya que, a su juicio, puede "sumar o restar poder dependiendo del uso que se haga de ella", e indicó que "si se hace un buen uso puede ser decisiva, como ha ocurrido en las últimas elecciones norteamericanas, donde el que la ha manejado mejor ha sido el que se ha llevado el gato al agua".

Puebla coincidía a este respecto con el poeta al afirmar que con la palabra se puede "hacer caer a un Gobierno", ya que tiene un poder "casi ilimitado", pues "si yo quiero", ha dicho el escritor, "gracias a la palabra las Torres Gemelas de Nueva York pueden seguir en pie".

La conversación fue derivando en el juego de los escritores con su herramienta de trabajo, algo que De Cuenca compartía al señalar que el hombre "lo que hace siempre es jugar".

Así, para el poeta cualquier persona que utilice la palabra "está jugando, no en el mal sentido de abusar del interlocutor ante la sofisticación de un discurso o mediante la manipulación, sino por el mero hecho de que el lenguaje es ya una actividad lúdica".

Puebla por su parte fue más contundente al afirmar que en su caso particular no juega con la palabra, a la que "trato con tanto respeto como a mí mismo", aunque también señaló que "puede haber algún momento en mi vida en el que no me respete a mí mismo y puede que tampoco lo haga con la palabra".

Una teoría a la que se sumó Fernando Marías, quien considera que la palabra debe ser usada para "la verdad, el bien y para emocionar a otro", pues "quien la usa para mentir se está condenando", ya que es "muy fácil manipular a un receptor inferior, pero no debe usarse para eso, ya que si no podríamos hablar de un uso criminal".