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Un viaje al Paleolítico Medio: el Hotel California

22 de julio de 2010

Fernando Casado, alumno de la UNED de Tudela que ha finalizado sus prácticas de formación este verano en los Yacimientos de la Sierra de Atapuerca (Burgos), nos relata la experiencia que ha vivido en el Hotel California.

En repetidas ocasiones y durante largas temporadas los Neandertales acudían a esta zona a cazar o a recolectar. Pertenece al Paleolítico Medio e inferior. El Hotel California es un asentamiento que está elevado a las orillas del Río Pico. Allí durante varios días Fernando Casado, Alumno de la UNED de Tudela, ha podido completar su experiencia en las excavaciones de la Sierra de Atapuerca.

[El Hotel California: un asentamiento del Paleolítico Medio]

“Aunque suena muy tropical el Hotel California está en la Sierra de Atapuerca. Se trata de un yacimiento separado casi dos kilómetros de la trinchera sobre un pequeño promontorio que domina el valle del Río Pico. Este emplazamiento no corresponde a un lugar de habitación sino que era un taller de talla de sílex. El lugar se eligió a la perfección ya que los arroyos de la sierra cercana arrastraban hasta allí grandes bloques de sílex. Por eso, los Neandertales sólo tenían que ocuparse de tallarlo. Por los distintos niveles encontrados visitaron este punto numerosas veces a lo largo de casi 10.000 años”.

[Un asentamiento diferente]

“Es un yacimiento diferente, con una cronología de unos 46-56.000 años (según el nivel) y que pertenece a otra de las especies que habitó la sierra pero de las que, de momento, no se han encontrado huesos.

También es distinto en otros aspectos; se acerca más a la imagen que vemos en las viejas películas: una tienda de lona en lo alto de un promontorio, un pequeño agujero de unos 20 metros cuadrados excavado directamente en el suelo, sin tanta tecnología, (se toman los datos a mano), al que tienen que suministrar comida y agua con un todo terreno porque estamos alejados de todos los demás. Además, sólo estábamos cuatro personas lo que le da un aire más “familiar” frente al gran complejo de la Trinchera”.

Trabajamos duro porque, además del abundante material, había que cerrar el yacimiento después de 5 años de excavación. Por eso, agradecíamos el momento de las visitas de Eudald Carbonell que se acercaba caminando (y seguro que reflexionando sobre alguno de los múltiples desafíos que presenta la Evolución). No sólo revisaba el estado de la excavación sino que nos brindaba la oportunidad de escucharle en una de esas conversaciones de las que nunca querrías desconectar”.

[Una visita a la Cueva del Portalón]

“Nuestra rutina semanal nos deja un día libre en el que muchos de nosotros aprovechamos para acompañar a familiares o amigos a visitar los yacimientos casi como si fuesen a excavar con nosotros. Estas visitas “VIP” no suelen ser las habituales que se limitan a ver los yacimientos desde fuera del recinto (en un circuito preparado y equipado con paneles explicativos) o desde el interior de la trinchera. Es una oportunidad que no se suele desaprovechar.

En mi caso acudí con mis hermanas y tuvimos un golpe de suerte: al llegar nos encontramos con un grupo guiado por Ignacio Martínez Mendizábal y Ana Téllez, dos de los excavadores “históricos” de Atapuerca y grandes comunicadores. No nos pudimos resistir a unirnos a ese grupo y disfrutamos de sus conocimientos y su facilidad de transmitirlos. Por si eso no fuera suficiente, su visita incluía el acceso a la Cueva del Portalón, de acceso más restringido que los otros yacimientos. Allí pudimos observar una de las entradas al karst de Atapuerca (de hecho, desde el Portalón y tras un complicado recorrido se accede a la famosa Sima de los huesos) y contemplamos los diferentes niveles de ocupación que van desde el Neolítico hasta finales de la época romana.

Los restos de esta cueva nos hablan de las primeras poblaciones que introducen la agricultura en la meseta hace 7 milenios, de la aparición de la cerámica y de sus diferentes estilos. Destaca, sobre todo, por su uso como lugar de enterramiento en diferentes épocas: túmulos con sus ajuares, los enterramientos neolíticos y las pinturas rupestres que los acompañan en la llamada galería del Sílex y abundantes restos humanos de la Edad de Bronce”.

[Y del Portalón… a la Cueva de El Mirador]

“También he podido visitar la Cueva de El Mirador, quizás, una de las más completas de España en cuanto a secuencia estratigráfica neolítica con buen registro de la intensa actividad ganadera a inicios de la Edad del Bronce y que, por su extensión, seguro que deparará más de una sorpresa; de hecho, durante esta campaña se ha encontrado el esqueleto completo de una adolescente a la que ya se apoda cariñosamente como la Molinera (por el molino de cereales que se encontró junto a ella).

Tras la visita con el grupo pudimos ver con tranquilidad el yacimiento. De algún modo, el ver la habitualmente agitada cuadrícula tan tranquila me recordó que estaba llegando al final de mi experiencia en Atapuerca.

Un nuevo guiño del destino quiso que, justo el día que terminamos la excavación, se inaugurase en Burgos el Museo de la Evolución Humana. Allí pudimos conocer, de manera más didáctica, parte de los grandes tesoros de Atapuerca.

Me despido así desde la Sierra de Atapuerca; desde esta gran montaña de conocimiento. A partir de ahora intentaré retener en mi cabeza las impresiones, recuerdos y los conocimientos adquiridos en esta increíble oportunidad que me ha brindado la UNED de Tudela.

¡Muchas gracias!”.

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