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“En opinión de algunos de los mejores especialistas, esta necrópolis constituye el testimonio más completo y mejor documentado de los ritos funerarios que se celebraban en la Península Ibérica en los siglos centrales del primer milenio antes de Cristo”

19 de enero de 2017

El Doctor en Historia José Antonio Faro Carballa imparte en la UNED de Tudela la conferencia Rituales funerarios en el Valle Medio del Ebro (siglo VI a.c. al III a. c.). La necrópolis de El Castillo de Castejón. Hablamos con él.

“El concepto “mundo funerario” está inevitablemente vinculado a la muerte, y por este motivo suele ser un tema que suscita rechazo e infunde algo de respeto. Pero nos olvidamos que desde la antigüedad y hasta nuestro días, las ceremonias y los ritos en honor a los difuntos los diseñan las comunidades vivas, y que esos actos son una extraordinaria fuente de información sobre los usos, hábitos y costumbres de esas sociedades.

Por eso, cuando los antropólogos y los arqueólogos nos ponemos a investigar sobre el mundo funerario nuestro objetivo o campo de acción no es la muerte; para eso ya existen otros especialistas.”

Así comienza José Antonio Faro Carballa, la conferencia sobre rituales funerarios impartida en la UNED de Tudela. Licenciado en Historia por la Universidad de Navarra, José Antonio Faro es Doctor en Historia por la Tesis Ritos funerarios en el valle medio del Ebro (s. VI – III a. C.). Necrópolis de El Castillo (Castejón, Navarra).

“La estrecha relación que existe entre las comunidades vivas y los difuntos no siempre se ha tenido en cuenta en la investigación arqueológica. Todos aquellos aficionadas a la arqueología habrán comprobado que en los museos nos encontramos con un elevado número de objetos que proceden de necrópolis, de cementerios. Sin embargo, apenas tenemos datos sobre esos rituales funerarios; apenas nos cuentan nada sobre lo que ocurrió entre la muerte del individuo y el depósito final de sus restos en la sepultura, y la información que poseemos sobre piras funerarias y recogida de los restos es muy sesgada.

Este vacío se produce porque hasta hace unas décadas la investigación arqueológica principalmente se centraba en localizar y extraer los ajuares de las tumbas, y no se prestaba atención a otros aspectos trascendentales para poder determinar esos ritos funerarios”, añade José Antonio.

La situación dentro del valle medio del Ebro era muy similar a la de la mayoría de los territorios peninsulares y la excavación de la necrópolis de El Castillo, situada en el municipio navarro de Castejón, ha supuesto un punto de inflexión en este panorama: el excepcional estado de conservación de este yacimiento y el elevado volumen de información generado durante las campañas de intervención arqueológica han servido de base para la investigación.

“El propósito de este estudio ha sido alcanzar el mayor grado de conocimiento sobre estas prácticas funerarias que tienen un evidente trasfondo simbólico y religioso, y que se desarrollaron principalmente en el marco de espacios con unas inequívocas connotaciones sagradas, como son las necrópolis, pero que también aportan referencias muy valiosas sobre aspectos de tipo económico, socio-político o cronológico”, afirma José Antonio.

El ámbito geográfico en el que se desarrolla la investigación es el Valle medio del Ebro. Se trata de un espacio considerado frontera desde la prehistoria y que tiene un evidente valor geoestratégico que se ha mantenido a lo largo tiempo. “Es un territorio bien comunicado y de fácil acceso, al que su posición le otorga un inherente potencial como zona de enlace entre el mediterráneo y las áreas del interior peninsular, y entre estas áreas del interior peninsular y los grupos humanos asentados a ambos lados del Pirineo."

Durante la Edad del Hierro en el extremo occidental del valle medio del Ebro, donde se sitúa la necrópolis de El Castillo, existió una triple diversidad de grupos étnicos por la confluencia de vascones, íberos y celtas. Las principales circunstancias que rodeaban la vida de los habitantes de estos territorios tuvieron una incidencia directa sobre su modo de vida, y sobre su organización social y económica. “En opinión de algunos de los mejores especialistas del mundo funerario Ibérico y Celtibérico, esta necrópolis constituye el testimonio más completo y mejor documentado de los ritos funerarios que se celebraban en la Península Ibérica en los siglos centrales del primer milenio antes de Cristo.”

Más información en www.unedtudela.es