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“He podido conocer a grandes profesionales, cuya dedicación y humildad, cuyas ganas de enseñar lo que saben y cuyo trabajo son dignos de grandes elogios”

31 de agosto de 2011

Juan Manuel Arroyo, alumno de la UNED de Tudela que ha realizado prácticas de formación este verano en los Yacimientos de la Sierra de Atapuerca (Burgos), nos acerca la experiencia que ha vivido.

¿Qué has aprendido a través de esta experiencia?

“Habría que distinguir diferentes "niveles de aprendizaje": en lo académico he visto en la práctica muchas cosas que había estudiado en la teoría, algunas de ellas simplemente sin comprenderlas bien del todo y aquí he tenido la posibilidad de entender lo que se quería decir en la teoría; en lo personal he podido conocer a grandes profesionales, cuya dedicación y humildad, cuyas ganas de enseñar lo que saben y cuyo trabajo son dignos de grandes elogios.

En lo que respecta al funcionamiento de un yacimiento de tanta importancia a nivel científico y de tanta repercusión mediática tanto nacional como internacional como es el de Atapuerca, ha sido muy gratificante llegar a conocerlo de cerca”.

¿En qué consistía una jornada en Atapuerca?

“El desayuno era a las ocho de la mañana. Media hora después cogíamos los autobuses y los coches para ir a la sierra. El resto de la jornada variaba un poco dependiendo del yacimiento en el que se estuvieras. Las personas que estaban en los de la trinchera del ferrocarril (Sima del Elefante, Galería y Gran Dolina) estaban excavando hasta las tres y volvían a la residencia donde nos alojábamos; comían a las tres y media, y a las cinco y media de la tarde se iban al laboratorio para limpiar, ordenar, clasificar etc. los restos encontrados esa jornada.

Por otra parte, estaba el equipo de lavado que trabaja en el río, en Ibeas de Juarros, lavando los sacos de tierra que se sacan de los diferentes yacimientos y recuperando de ellos todos los restos posibles, (microfauna, fragmentos de hueso, sílex etc.). Trabajaban a jornada partida en ese lugar.

Por otro lado, se encuentra el equipo del Mirador, yacimiento situado un poco más lejos que los anteriores, y que trabajaba a jornada continua, hasta las cuatro y media. Tampoco hay que olvidar los equipos del Portalón, Cueva Mayor, Galería de las Estatuas, y el de la Sima de los Huesos; este último llevaba un ritmo de excavación diferente dadas las condiciones en que trabajaban.

Por último, está también el equipo de restauración que permanece toda la jornada en la residencia.

Yo tuve la suerte de estar en dos, en la Sima del Elefante y en el Mirador.

¿Qué se ha descubierto?

“No se ha descubierto nada relevante pero, claro, la relevancia la tiene también la cantidad ingente de restos fósiles que se hayan en cada uno de los yacimientos, microfauna, macrofauna, aves, pólenes, semillas, restos de talla lítica, restos de diferentes homínidos, cerámica (hay restos también del Calcolítico),útiles óseos, y un largo etcétera de cosas. El conjunto de todo ello nos da una cantidad de información de incalculable valor para acercarnos a comprender cómo ha sido la vida en ese lugar y quiénes han vivido allí”.

¿Por qué decidiste apuntarte a esta beca?

“A cualquiera que le guste la Historia, creo yo que siente curiosidad por conocer de cerca Atapuerca. Y dado que existía la posibilidad gracias a la UNED de Tudela, me pareció que sería una excelente oportunidad para hacerlo; así que la solicité”.

¿Recomendarías una experiencia de este tipo?

“Sin lugar a dudas, se la recomendaría a todo aquel que le guste la Historia, y también a todo aquel que le guste la Geología, la Paleontología, las técnicas de investigación arqueológicas etc.

¿Con qué te quedas de todo?

“Con algo que compartimos todos los que participamos en la excavación y todos los que estudiamos en la UNED: con las ganas de aprender, que ojalá se contagiasen a buena parte de nuestra sociedad”.

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