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La democracia indignada. Tensiones entre voluntad popular y representación política

24 de octubre de 2013

El curso se celebrará presencialmente en el Salón de Actos de la Facultad de Políticas y Sociología de la UNED en Madrid, y podrá seguirse en el Centro Asociado de Tudela a través de videoconferencia.

Desde el Departamento de Derecho Político de la UNED se han organizado unas jornadas que se celebrarán los días 21 y 22 de noviembre de 2013 y que llevan por título La democracia indignada. Tensiones entre voluntad popular y representación política. El coordinador de las Jornadas es Ignacio Gutiérrez, Profesor Titular de Derecho Constitucional adscrito al Departamento de Derecho Político de la UNED y el secretario es Jorge Alguacil, Profesor Contratado y Doctor de Derecho Constitucional adscrito a este mismo Departamento.

Los profesores María Salvador y Fernando Reviriego, Profesores Titulares de Derecho Constitucional, serán los coordinadores de las dos mesas en que se estructuran la actividad.

El curso se celebrará presencialmente en el Salón de Actos de la Facultad de Políticas y Sociología de la UNED (c/ Obispo Trejo, en la Ciudad Universitaria de Madrid), y podrá seguirse desde el Centro Asociado en Tudela a través de videoconferencia.

La UNED ha reconocido 0,5 créditos ECTS a los alumnos que acrediten la participación en esta actividad, ya sea en directo o por videoconferencia. La matrícula a estos efectos se realizará a través de la Fundación UNED: http://www.fundacion.uned.es/.

Toda la información de las jornadas está en la web oficial: http://www.fundacion.uned.es/publico_calendario/5257.

Contenido

La crisis económica ha convertido en insoportables las deficiencias del sistema institucional, contemplado con relativa indiferencia en tiempos de bonanza, pero rechazado ampliamente cuando no ofrece respuesta alguna a los graves problemas cotidianos. Se reclaman entonces no sólo otros resultados, sino también otras formas políticas: una democracia real que supere los límites de la democracia representativa de partidos.

La primera respuesta ha consistido en reactivar la participación a través del ejercicio de los derechos fundamentales orientados a la articulación social (reunión, manifestación, petición) y en conjurar las adormecidas posibilidades de la democracia directa (iniciativa legislativa popular, referéndum).

Para que esa sociedad activa pueda ejercer un poder real tiene que organizarse y definir el contenido del poder al que aspira. Finalmente, para adoptar decisiones con eficacia pública necesitará una cierta institucionalización: la representación de los nuevos actores.