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“Si nos conocemos a nosotros mismos acabaremos conociendo también a los demás”

8 de marzo de 2011

Entrevistamos a Ángel Izquierdo Martínez, Profesor de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid y Profesor-tutor de la UNED, que ha impartido en la UNED de Tudela el curso “Desarrollo de competencias personales para el estudio y la profesión”.

Coaching o Selfmanagement son conceptos cada vez más escuchados en el ámbito laboral ¿qué significan desde el punto de vista psicológico?

"Desde el punto de vista psicológico el Coaching significa una guía para el interesado. Puede pertenecer a cualquier campo, tanto a la empresa como al campo educativo. Busca que la persona se desarrolle en sí misma; que vaya adquiriendo las competencias y las capacidades para que, por su propio impulso, consiga desarrollarse o consiga desarrollar también los fines a los que está dedicado. Coaching es un indicador; es ir llevando a la persona hacia los propios fines que se proponga. El Selfmanagement es un poco más independiente; es el manejo de sí mismo; es llevar a la persona al desarrollo de sus competencias para que pueda llevar a cabo su propio autocontrol. Eso es lo que verdaderamente define a las personas: la independencia".

¿Nos podría explicar en qué consiste su modelo Animar? ¿Cuáles son las herramientas que proporciona?

"El modelo Animar es algo propio basado en procesos psicológicos básicos como la percepción, la cognición, la emoción, la motivación y la acción; todo alrededor de una situación. Lo que se hace es indicar a la persona el campo de sus preferencias: cómo puede ser la persona. Si es racional, estará en el campo cognitivo; si es una persona emocional, estará en el campo emocional; y si es pragmática en el campo de la acción. Todo esto se enmarca dentro de una estructura de sistemas y subsistemas que ayuda a la persona a conocerse a sí misma y a estructurarse. Lo más interesante del modelo es que no solamente se establece como una simple estructura sino también como un proceso, lo cual quiere decir que una cognición me va a llevar a una emoción y una emoción me va a ir llevando hacia la motivación y ésta a la acción.

El propio modelo es en sí la "herramienta". Es algo que tenemos que poner continuamente en activo. La persona, una vez que se sitúa, se va estudiando a sí misma. Como tiene un proceso que tiene que ir cada vez más hacia delante, no puede quedarse en la percepción de sí misma, sino que tiene que llegar hasta la acción. Las conductas son una herramienta continua de trabajo y de perfeccionamiento propio. Si yo me conozco a mi mismo acabaré conociendo también a los demás".

Después de impartir este curso en diferentes puntos de España ¿Qué conclusiones saca? ¿Cuáles son los puntos fuertes y cuáles las carencias más normales entre los estudiantes?

"Éste es un modelo ya comprobado. Francamente, tiene muy buena aceptación porque es muy simple de entender y tiene unos alcances muy notorios a la hora de definir los planes de acción sobre la propia persona. Eso es muy difícil, porque cada persona es diferente. A través del cuestionario que tenemos, por el cual se determinan al comienzo del curso las personas, se sitúan cada una en su campo. Es lo que llamamos la zona de confort, es decir, cada uno tiene su campo privado donde más destaca y por eso es muy difícil decir dónde están los puntos fuertes. Cada uno tiene los suyos y, precisamente, en base al proceso es como van tratando de compensar, de equilibrar y de ir encontrando esa zona de confort para no quedarse en ella. Tienen que volver a salir y encontrar nuevos campos y eso va a ser motivo de creatividad propia de cada persona".