
Hasta el próximo 28 de noviembre, el atrio del Palacio del Marqués de San Adrián, sede de UNED Tudela, acoge una exposición fotográfica que destaca el esfuerzo con el que mujeres en varios puntos del planeta luchan contra la mutilación genital femenina, la poligamia, los matrimonios forzados, la violencia sexual, económica, psicológica y otros tipos de violencia estructural que afectan a mujeres y niñas en diferentes países del mundo. Ellas son mediadoras interculturales y su trabajo se pone en valor en una exposición organizada por Médicos del Mundo y UNED Tudela, con la colaboración del Ayuntamiento de Tudela y del Instituto Navarro por la Igualdad.
La muestra fotográfica, compuesta por siete paneles informativos, ha sido inaugurada esta mañana por el director del Centro Asociado a la UNED en la capital ribera, Luis Fernández; la concejala de Igualdad y de Bienestar Social y Atención a la Diversidad del consistorio tudelano, Anichu Agüera; Fátima Djarra de Almeida Sani, técnica de intervención y responsable del área de migración de Médicos del Mundo; María Flamarique, coordinadora de proyectos de inclusión social de la citada ONG en Navarra; Farmata Ly Watt, técnica de apoyo del proyecto Mediadoras Interculturales; y María Cazacu, mediadora con la población gitana de origen rumano.
La exposición, que puede visitarse en el horario de apertura del centro (de lunes a viernes, de 10 a 13 y de 16 a 21 horas) forma parte del proyecto Todas, con el que Médicos del Mundo aporta su grano de arena para erradicar la mutilación genital femenina, los matrimonios forzados y la poligamia en España, gracias al trabajo documental de Dune Torres Salanot y Laura García Munárriz.
Como ha explicado Fernández, las mujeres retratadas en las fotografías (Fátima Djarra de Almeida Sani, Farmata Ly Watt, Huma Jamshed, María Cazacu, Mariama Souare y Mamb Atjaba) y todas sus compañeras son un puente esencial para impulsar un cambio social y estructural en las comunidades a las que pertenecen. “Se posicionan como referentes en sus comunidades, cuestionando normas tradicionales y culturales que perpetúan la violencia”, ha indicado, al tiempo que ha remarcado que, además, “crean estructuras de apoyo que facilitan la protección y el empoderamiento de muchas mujeres”.

El director de UNED Tudela ha recordado que la propia Médicos del Mundo informa de que más de 230 millones de mujeres y niñas han sufrido la mutilación genital femenina a nivel mundial. “Este tipo de violencia -ha añadido- no se limita a una región o a una cultura, sino que es un problema de derechos humanos, de salud pública y de equidad social”.
“En UNED Tudela, nos sentimos orgullosos de contribuir al reconocimiento de estas mujeres, no como agentes externos, sino como miembros esenciales de sus comunidades y como personas que aportan confianza, conocimiento cultural, lengua, red social y capacidad para intervenir con respecto, eficacia y empatía en contextos tan sensibles como el de la violencia de género estructural”, ha concluido.
VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
En su turno de intervención, la edil de Igualdad, Bienestar Social y Atención a la Diversidad ha dedicado palabras de agradecimiento a UNED Tudela por ceder el espacio para la exposición, que, según ha resaltado, se trata de la primera actividad perteneciente al programa del 25-N, Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres. “Es una exposición fotográfica sobre el papel clave que ejercen las mujeres mediadoras en la prevención de la violencia de género, ya que ellas luchan en primera línea contra la mutilación genital femenina, la poligamia, los matrimonios forzados y la violencia sexual, económica y psicológica que afecta a mujeres y niñas de diferentes países del mundo”, ha manifestado.
Tras ella, María Flamarique, coordinadora de proyectos de inclusión social de Médicos del Mundo en Navarra, ha comunicado que la organización de la muestra, que ha estado ya en otros puntos del país, ha sido posible gracias a la labor de las mediadoras interculturales. “Es una forma de visibilizar ese trabajo que hacen, al funcionar como puentes entre la Administración y las personas usuarias de los servicios que ofrece”, ha argumentado, al tiempo que ha agradecido la presencia en la inauguración de algunas de esas mujeres que residen en Tudela, “que ahora mismo se están constituyendo como asociación y que trabajan para prevenir el racismo y para fomentar la convivencia, luchando por una Tudela que sea más igualitaria”.
Por su parte, Fátima Djarra de Almeida Sani, ha rememorado cómo el proyecto de mediadoras interculturales comenzó en el 2008 en Pamplona, para, dos años después, ampliarse a Tudela. “La primera fase consistía en el trabajo comunitario y en la sensibilización del problema. En la Ribera, por ejemplo, había mucha población inmigrante procedente de Guinea-Conakri, donde existe un 96% de mutilación genital femenina y matrimonios forzados”, ha relatado.
DESMONTAR MITOS
“Nuestra función es hablar con esas personas y desmontar los mitos asociados a esas prácticas, para hacerles entender por qué es beneficioso no llevarlas a cabo y qué importancia tiene rechazarlas”, ha alegado, antes de subrayar la relevancia de contar con personas como ellas, procedentes de esos lugares, para lograr un entendimiento más efectivo con la población inmigrante. “Vimos que las personas de aquí no hablaban de esos temas, pero nosotras, como tenemos la misma cultura, las mismas costumbres, el mismo idioma y los mismos códigos culturales, conseguimos que nos entiendan mejor”, ha apuntado.

En este sentido, ha aplaudido el cometido de Médicos del Mundo, ya que “el papel que realizamos las mediadoras es fundamental para poder hacer de puente entre esas comunidades, las personas que las van a atender y la propia Administración”. “Nuestra función, de ese modo, tiene un efecto multiplicador tanto aquí, en España, como en sus países de origen”, ha sentenciado.
También Farmata Ly Watt ha hecho hincapié en la importancia de contar con mediadoras interculturales para favorecer una mejor comunicación con las personas que llegan a España desde países donde esta clase de prácticas violentas contra la mujer se siguen realizando. “Si hablar de estos temas es aquí tabú, imagínate en nuestras comunidades”, ha declarado, para expresar a continuación que todas las barreras que pueden existir para un inmigrante se pueden reducir gracias al trabajo de estas profesionales. “Cuando una mujer senegalesa llega a España, se encuentra con la barrera idiomática y con la del color de su piel, que, aunque no lo queramos, sigue contando. Por eso, nuestro acompañamiento es tan necesario, porque no somos únicamente traductoras, sino que compartimos con esas comunidades los códigos culturales que poseen”, ha enfatizado.
Por último, su compañera María Cazacu ha definido a la mediación intercultural como “una herramienta muy importante actualmente, porque vivimos en una sociedad muy compleja y, gracias a nuestro papel, fomentamos la interculturalidad y la inclusión social de todas las personas”.