“La Lina de ahora ha cambiado muchísimo en comparación con la que expuso aquí en el 2017”. Son palabras de Lina Yanguas Belío, una artista residente en Tudela que desde el pasado día 5 y hasta el 30 de mayo cede a UNED Tudela su mirada a la Ribera de Navarra. El Palacio del Marqués de San Adrián acoge durante ese período la muestra Nuestro entorno, en la que la pintora reúne en 29 cuadros la actividad artística que ha realizado desde el final de la pandemia.
En el acto de inauguración, que se ha celebrado esta tarde con un nutrido grupo de familiares y amigos de la artista, han participado la propia Lina Yanguas y el director de UNED Tudela, Luis Fernández. La exposición podrá visitarse hasta final de mes en el horario de apertura del centro: de lunes a viernes, de 10 a 13 y de 16 a 21 horas.
Fernández ha aprovechado su turno de intervención para relatar la trayectoria de Yanguas, nacida en Pamplona, aunque vivió en Buñuel hasta los 25 años, momento en el que se trasladó a la capital ribera. El director del Centro Asociado a la UNED en Tudela ha recordado también que la artista ya expuso en este centro hace ocho años, con una muestra titulada Diversidad. Yanguas ha protagonizado otras exposiciones en Castel-Ruiz, en la S.D.R. Arenas, en Calahorra y en la galería Ormolú de Pamplona.
Yanguas, alumna del programa UNED Sapientia, comenzó a pintar cuando era niña, pero su actividad artística sufrió un paréntesis de casi tres lustros al casarse. “Si repasamos su trayectoria -ha desvelado Fernández-, vemos que a Lina siempre la ha movido su gran curiosidad y esa fijación por satisfacer sus inquietudes artísticas por la pintura. Por este motivo, ha pasado por los talleres de diferentes pintores. Empezó en la ETI de Tudela, con Marisa Burgos; después, viajó a Zaragoza, con Eugenio Escriche; en su regreso a Tudela, se formó con Carlos López; y, actualmente, sigue las directrices de Mikel Esparza, que, precisamente, la estuvo ayudando a seleccionar los cuadros para esta muestra y a escoger cómo ubicarlos y colocarlos”.
La exposición se compone de 29 obras de pintura al óleo sobre lienzo y tabla, que capturan diferentes paisajes de la zona de la Ribera, así como flores que representan la añoranza de la pintora por el jardín que tenía en su antigua casa. “Con estas pinturas que ha creado en los últimos años, Lina quiere expresar con estos trazos y colores la pasión que siente por una tierra que posee como grandes protagonistas las zonas desérticas y los cauces de los ríos”, ha apuntado el director de UNED Tudela.
CONTINUO APRENDIZAJE
Por su parte, Yanguas ha recordado cómo comenzó en la pintura y los cambios tan grandes que detecta en su obra más reciente, si se la compara con sus primeros cuadros. “Ahora, tengo muchísima más seguridad, veo más colores e interpreto de otra manera. Sobre todo, no copio las fotografías, como hacía antes, sino que las interpreto. Estoy mucho más suelta y contenta, aunque, obviamente, debo seguir aprendiendo, porque, en el arte, uno nunca termina de aprender”, ha defendido.
La artista navarra ha rememorada cómo, antes de su paréntesis, pintaba al azar, “a ver qué salía”. “De lo que salía -ha continuado-, había cosas muy aprovechables y otras que no. Pero yo no sabía distinguirlas. Ahora, sin embargo, voy con mucha mayor seguridad, porque sé lo que quiero hacer y por qué lo quiero hacer. Así, interpreto mejor los colores y la perspectiva. La verdad es que el avance ha sido muy fuerte en todos los aspectos”.
Sobre Nuestro entorno, Yanguas anima a los ciudadanos de Tudela y la Ribera que visiten la exposición, porque en ella “se encontrarán toda mi personalidad, al estar reflejada en los cuadros”. “Hallarán mi esfuerzo, mi entrega, mi sufrimiento y mi satisfacción”, ha sostenido, antes de explicar que, cuando una persona pinta, “pasa por todas esas fases”: “Unas veces, sufres muchísimo y otras, disfrutas un montón. Pero, sobre todo, ahora tengo la satisfacción de poder compartirlo con la gente”. Con esta frase, la artista se refiere al cambio que ha detectado en su carácter, debido a que antes era más tímida y le costaba mucho exponer lo que pintaba, mientras que, ahora, se ha convertido en una persona más abierta.
En cuanto a la temática de la muestra, ha reconocido que no es una artista que siga una temática concreta, sino que pinta en cada momento lo que le apetece. “Igual estoy haciendo un paisaje y, de pronto, tengo que cambiar a unas flores o a un bodegón, pero no pasa nada. Hago lo que en ese momento me llene y me satisfaga, aunque haya que cambiar radicalmente de tema. Prefiero que mi obra se unifique después por mi forma de pintarla, en lugar de por el tema escogido”, ha asegurado.
No obstante, Yanguas ha confesado su preferencia por el paisaje. “El retrato también me gusta, pero me parece muy difícil y me lleva muchísimo tiempo. Lo tengo que dejar y, después, volver a retomarlo. El paisaje, en cambio, me sale más fluido”, ha indicado. De hecho, ha explicado que, si un cuadro no le fluye en un momento dado, lo abandona y lo pone de cara a la pared. “Me olvido de él y, después, cuando ha pasado el tiempo, un día le doy la vuelta, caigo en la cuenta de dónde había fallado, porque estaba saturada, y lo termino”, ha afirmado.