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Luis Fernández: “En una encrucijada en la evolución de la educación, la gestión de calidad nos asegurará el camino para cumplir nuestros objetivos y adaptarnos más fácilmente a los cambios”

El director de UNED Tudela y de la Cátedra de Calidad "Ciudad de Tudela" se plantea como meta para los próximos años que todos los centros asociados de la UNED se sientan cómodos en la gestión de la calidad, para que vayan progresando en el sistema

30 de enero de 2025

Luis Fernández, director de UNED Tudela, reconoce que, cuando empezó hace 25 años a introducir la gestión de la calidad en este centro asociado, le preocupaba el papeleo y que la implantación de sistemas de calidad se quedara en construir una especie de escenario de cartón-piedra. Sin embargo, tras una inversión en recursos y esfuerzo, con el respaldo que anualmente le ofrece la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación (ANECA), con importantes premios internacionales conseguidos a la espalda, y con el impulso acometido para fomentar que los demás centros asociados de la UNED sigan su camino, se enorgullece de ver cómo algunos de ellos progresan en el sistema y asimilan los beneficios de buscar la excelencia en la gestión. Un objetivo que, al final, repercute en el servicio ofrecido a los estudiantes.

 

Diez años después de la implantación del Sistema de Garantía Interna de Calidad en la Gestión (SGIC-CA), ¿cómo valora el camino recorrido por UNED Tudela?

Valoro dos aspectos. Primero, el trabajo de desarrollo del sistema que se ha hecho por parte del centro y de la oficina de calidad de la sede central. Ha incorporado, además, cientos de mejoras procedentes de los propios centros asociados, de la sede central y del centro de Tudela. Y, segundo, el nivel alcanzado por algunos de los centros. Hay varios con nivel 2, otros con nivel 1 y es especialmente importante que prácticamente la totalidad de los centros ya tiene una Carta de Servicios funcionando.

Si echara la vista hacia delante en el momento en el que comenzó esta labor, ¿se imaginaba llegar al punto en el que se encuentra ahora la gestión de la calidad en la UNED?

Sinceramente, era una incógnita, porque dependía absolutamente de propuestas de liderazgo por parte de los equipos rectorales. Obviamente, si se empuja desde un plan estratégico, es más fácil que los centros se dirijan a ello, que si, simplemente un centro, por afán de mejorar sus sistemas de gestión, quiere implantar un sistema de calidad. La escasez de personal en los centros muchas veces no lo permite. Pero en todos estos años, creo que el trabajo que hemos recorrido con, por una parte, la creación del sistema (que costó mucho, ya que cuenta con una base informática debajo) y, por otra, los logros que han conseguido algunos centros que han ido subiendo de nivel, me deja más o menos satisfecho.

¿Qué es lo que más destacaría en lo conseguido hasta ahora en temas de calidad?

A nivel del desarrollo de los centros, nos enorgullece el hecho de haber conseguido que todos tengan ya una Carta de Servicios, y me ha encantado ver cómo algunos de ellos van avanzando en el sistema, han pasado al Nivel 2 e, incluso, están planteándose subir al Nivel 3. Me parece algo muy relevante y espero que nuestro sistema les haya ayudado a gestionar mejor y, por lo tanto, a dar un mejor servicio a sus alumnos. A nivel interno, refiriéndome a Tudela, resaltaría el haber llegado dos veces a conseguir una puntuación de 650 en el Modelo Iberoamericano de Excelencia en la Gestión, que nos ha dado el Premio Iberoamericano Oro de Calidad de la Fundación Iberoamericana para la Gestión de la Calidad (FUNDIBEQ). No es por recibir el premio en sí, que no tiene demasiada importancia, sino por el hecho de que supone haber llegado a un nivel de gestión alto. En toda Iberoamérica, el nivel Oro lo pueden lograr seis o siete entidades por año, diez como mucho, y haberlo obtenido dos veces, que son las que nos hemos presentado, me satisface mucho. Es un reconocimiento al trabajo de mis compañeros del equipo de Tudela, del que me siento muy orgulloso y del que se benefician todos los centros asociados.

Más allá de los premios, el haber estado tirando del carro de la gestión de la calidad en la UNED, ¿le hace ver con orgullo esos avances de los centros asociados?

No tanto orgullo nuestro, sino el darte cuenta de que hemos ayudado a que el trabajo bien hecho por parte de los centros luzca. Muchas veces, un sistema de calidad se ve como algo que es una lata, que es obsoleto o que no sirve de mucho. Algunos compañeros me lo han llegado a decir. Pero esto pasa siempre cuando se está empezando a implantar sistemas de calidad: uno no tiene la perspectiva que se adquiere cuando se empiezan a sacar los verdaderos frutos. Sin embargo, cuando ya se va subiendo en los niveles de calidad, o cuando preguntas a personas que conocen más estos niveles, como ingenieros o gestores de calidad, ellos sí que se dan cuenta de lo que supone esa gestión de la calidad. Ver que hay centros que van consiguiendo ese nivel, que van gestionando mejor y que te lo digan y agradezcan, nos ayuda mucho a seguir tirando del carro. Aunque muchas veces, nos hemos encontrado con la dificultad de tirar de un carro que no era muy bien entendido.

Para concretar un poco más esa comprensión: ¿qué beneficios aporta a los estudiantes los avances de los centros en este sistema de calidad?

Voy a poner un ejemplo muy sencillo. Si, cuando uno va el médico, este no tuviera una agenda y, cada vez que tuviera una consulta con un paciente, no dispusiera tampoco de un protocolo de despistaje de enfermedades, dejando la intervención clínica a su arbitrio -pedir o no unos análisis o unas pruebas diagnósticas-, la atención sería un tanto caótica. Al médico le facilita mucho su labor contar con una agenda bien gestionada, con un protocolo de despistaje de enfermedades…, porque todo ello va a disminuir la probabilidad de fallos. Esto es, en realidad, implantar un sistema de aseguramiento de la calidad. Cuando hablamos de estructurar lo que hay que hacer, evitar olvidos y hacer que, cuando haya errores, se corrijan, hablamos de calidad, de mejora continua, de adoptar una actitud que te incite a ir mejorando, porque estamos ante un camino que no tiene fin.

¿Qué retos tiene encima de la mesa UNED Tudela en cuanto a su papel como auditor de la gestión de la calidad en todos los centros asociados de la UNED?

El fundamental es la adaptación al cambio del sistema. Se han seleccionado auditores que van a realizar más cantidad de auditorías, con mayor frecuencia, de forma que van a estar más centrados en esta labor. Contarán, además, con un pago económico. Esto va a permitirá formar un equipo de profesionales que, al estar más acostumbrados a auditar, van a poseer un mayor conocimiento del sistema. Vamos a ver cómo se desarrolla, porque acabamos de empezarlo, pero veo a esas personas muy ilusionadas con esta nueva situación. También estamos haciendo algún cambio en la actualización de la temática del sistema de formación. Después de muchos años y gracias al Vicerrectorado de Calidad y Acreditación de la UNED, se va a producir esa actualización, que va a hacer que los centros que quieran llegar a cualquier nivel tengan a su disposición temas absolutamente actualizados. Y, por último, se está avanzando en la creación de una plataforma asistida que facilite mucho la implantación de los diferentes niveles del sistema.

¿Cree que el compromiso demostrado por la sede central, al establecer que todos los centros han de tener registrada ya su Carta de Servicios, servirá como acicate para que los centros progresen en el sistema de calidad?

Creo que sí. De hecho, la idea que buscamos es que esa aplicación a la que me refería se convierta para los centros en un sistema de gestión: en lugar de ser un mero repositorio de las pruebas de lo que se hace, que gestionen realmente con esa aplicación. Al menos, las cosas más importantes. Vamos a seguir trabajando en aplicaciones que logren, no una gestión integral, porque habrá programas, como, por ejemplo, el de contabilidad, que siempre estarán fuera del sistema, pero sí que faciliten la mayoría de las gestiones fundamentales en los centros. También tenemos la idea de que esta aplicación se pueda conectar con otras de las que ya se emplean en los centros.

Mirando hacia el exterior, ¿cómo ve la gestión de la calidad que realiza la UNED, en comparación con la llevada a cabo por otras universidades españolas?

Como sabemos, la ANECA determina unos estándares que hay que cumplir, como, entre otras cosas, los planes de estudios, y en eso el sistema es similar al de otras universidades. Pero lo interesante del sistema de los centros es que somos la única universidad en la que la ANECA se fía de que un organismo interno de esa entidad certifique la gestión de sus propios centros. Pienso que es un win-win. Este sistema, obviamente, la ANECA nos lo tiene que certificar año tras año.

A ojos de la sociedad, ¿considera que la gestión de la calidad de la UNED es una de sus señas de identidad, o se deberían invertir mayores esfuerzos y recursos en la potenciación de esta línea estratégica?

Creo que la respuesta a esta pregunta es algo que excede al departamento de qGestión o a la Cátedra de Calidad “Ciudad de Tudela”. Es el Vicerrectorado de Calidad y Acreditación de la UNED el que se tiene que plantear cómo quiere potenciar ese punto. Pero muchas veces, veo que tanto el rector, como la vicerrectora de Calidad o Acreditación o algunos de los otros vicerrectores hablan de la excelencia en la gestión de la calidad de la UNED. En este sentido, el problema que tiene la UNED es que es una universidad inmensa, en la que el control de la calidad es más complejo, precisamente, por los números que maneja. La UNED tiene la bondad de tener esos números, pero ha de asumir la dificultad de atender a 150.000 estudiantes. Es el mayor campus de Europa, y aunar cantidad y calidad lleva implícito un esfuerzo importante.

En un sistema educativo inmerso en profundos cambios derivados de las nuevas tecnologías y de las demandas del alumnado, ¿ha de tener la gestión de la calidad un papel más primordial para asegurar una formación sobresaliente?

Estamos en una encrucijada complejísima por distintas razones, como, por ejemplo, la aparición de la inteligencia artificial. Ahora mismo, si tú pides un trabajo, sabemos que muchos de los alumnos lo hacen con IA. Aunque también los profesores podemos controlar si los trabajos que nos presentan están hechos por IA o no. Pero no sabemos cómo va a evolucionar ese mundo, porque lo que antes cambiaba en cien años, ahora evoluciona en cinco… o en uno. A pesar de ello y de una cierta incertidumbre evolutiva, el hecho de gestionar por objetivos, aunque estos sean cambiantes, siempre podrá tener la base de la gestión de la calidad que proporciona el armazón para llegar a esa meta y, además, lo asegura. Eso sí, deberemos estar especialmente ágiles, incluso, a la hora de aplicar el sistema, que va a tener que adaptarse a modificaciones demasiado rápidamente. Quizá la revisión anual del plan de gestión va a convertirse en estratégica en muchos planos, porque va a llevar consigo la modificación de aspectos muy relevantes en la gestión de un centro.

De aquí a cinco años, ¿qué le gustaría que qGestión y UNED Tudela lograran dentro de su labor como garantes de la calidad de los centros asociados de la UNED?

Que los centros se sintieran cómodos en la aplicación de la gestión, bastante más cómodos de lo que se sienten ahora. Y que entendieran que la gestión de la calidad los ayuda, más que los obliga. De hecho, eso es algo que he percibido. Cuando empezamos hace 25 años con este tema de la calidad, personalmente me parecía que esto de la calidad era mucho más papeleo que gestión efectiva y, en cierto modo, se iba a construir un mundo de cartón-piedra. Pero, en estos momentos, tengo muy claro el valor de lo realizado. Es verdad que cuesta mucho implantarlo y que supone un trabajo extra, pero, cuando ya se ha hecho, uno se da cuenta de que las cosas funcionas mucho mejor, de que fluyen con facilidad. Y eso es lo que me gustaría que los centros asociados entendieran. Que supieran que, si van progresando en el sistema de calidad, van a gestionar cada vez mejor y con más facilidad.

¿Cuáles son las barreras o reticencias que más suelen identificar los centros al avanzar en el SGICG-CA?

Básicamente, se trata de un tema de personal de Administración y Servicios. La situación que todos los centros conocemos (los problemas para contratación de personal) nos impide implantar inicialmente el sistema. Estamos en una situación en la que lo urgente está impidiendo hacer lo importante. Y es un bucle del que es difícil salir. Me gustaría que se consiguiera una situación de mayor bonanza en este tema, para que se pudiera dar la vuelta a este elemento de gestión. Porque, al final, los grandes beneficiarios serán nuestros alumnos. Sé, de todos modos, que el rectorado está preocupado y trabajando en ello.