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"Cualquier contratiempo puede ser perdonado; todo menos el aburrimiento"

9 de febrero de 2010

Nieves Aldunate Muruzabal, Licenciada en psicología, ha impartido el Curso "Hablar en público" en la UNED de Tudela. Asegura que "ese miedo a hablar en público debe ser considerado como algo natural e incluso positivo ya que nos prepara a la acción".

El éxito personal o profesional de una persona, en numerosas ocasiones, viene determinado por el hecho de saber hablar en público. Cercanía, rigurosidad, accesibilidad, confianza... son algunos de los elementos que definen a un buen comunicador. El sábado el Centro Asociado de la UNED de Tudela acogió el Curso "Hablar en Público".

Entrevistamos a Nieves Aldunate Muruzabal, Licenciada en psicología y ponente del Curso "Hablar en Público".

[¿Cuál es la clave para ser un buen comunicador?]

"Un buen comunicador es aquel que logra establecer una comunicación efectiva con el auditorio. Esto exige dominar las Técnicas de Comunicación pero sin perder de vista el interés por el público. Hay que conseguir que el público se interese por lo que va a decir; despertar su atención; que abandone sus preocupaciones y se centre en el mensaje; que se sienta partícipe, siempre desde la emoción; si se provocan reacciones positivas, el mensaje llegará más fácilmente y será recordado con agrado. Sin dejar de ser riguroso, hay que presentarse cercano, accesible, transmitir seguridad, confianza... El público rechaza la arrogancia. No hay que olvidar que cualquier contratiempo puede ser perdonado; todo, menos el aburrimiento; esto supone que se ha perdido el respeto a la audiencia; no se lo perdonarán".

[¿Por qué existe ese miedo a hablar en público?]

"Los motivos pueden ser muy variados: desde los educativos (el lenguaje escrito ha prevalecido sobre el oral) hasta los personales (miedo a hacer el ridículo, al fracaso, a las críticas, a no estar a la altura de las expectativas del público y de la organización..). Tenemos miedo a que nuestra imagen personal y/o profesional se vea dañada por una mala exposición".

[Nos podría indicar algún consejo para que una persona se quite ese miedo a hablar en público.]

"En primer lugar, el miedo a hablar en público debe ser considerado como algo natural e incluso positivo ya que nos prepara a la acción. Así como pequeñas dosis de estrés pueden hacer nuestro trabajo más efectivo, dosis muy elevadas pueden ocasionar el efecto contrario y hasta presentar respuestas patológicas. En este sentido, el miedo controlado puede constituir un estímulo a la tarea del orador. Por mucha experiencia que se tenga como orador el miedo es inevitable. Lo importante es analizar este miedo y descubrir las causas que lo originan".

[¿Existen diferentes tipos de miedos a hablar en público?]

"Así es. Si el miedo no obedece a motivos lógicos diremos que es irracional. Realmente la probabilidad de que el estrado se hunda a nuestros pies es remota. Ante los miedos irracionales solo cabe pensar en positivo, la relajación y tener confianza en nosotros mismos. Hay otros miedos, en cambio, en los que sí podemos intervenir porque pueden obedecer a situaciones adversas predecibles y controlables. Son miedos racionales el temor a quedarse en blanco, a que la proyección o el micrófono no funcione, etc. Ante estos miedos solo cabe la preparación rigurosa, en profundidad y el ensayo. Cuando se domina la presentación se reducen drásticamente las posibilidades de cometer errores. Esto genera confianza y disminuye el nivel de ansiedad".

[¿De qué elementos de apoyo se sirve un comunicador a la hora de dirigirse al público?]

"Los principales elementos los posee el propio comunicador; debe poner en práctica las Técnicas de Comunicación. En cuanto al lenguaje: variedad en la voz, en el tono, volumen y ritmo. Hacen que la atención se mantenga. Hay que hablar claro y despacio; con un vocabulario sencillo, que llegue a todos los asistentes. La voz debe salir viva y agradable, fluida, audible. Hay que cuidar la vocalización y la entonación así como evitar monótonas letanías; es necesario proyectar la voz en todas las direcciones y hacer que todos se sientan partícipes... No hay que olvidar el lenguaje no verbal: mostrar entusiasmo, proyectar una imagen de profesionalidad; la variación en los gestos, movimientos... utilizar el espacio disponible etc. También es muy importante la utilización de los silencios y el humor; crear un ambiente de confianza, de complicidad con el público es vital. Se puede ilustrar la exposición con imágenes, gráficos, datos, esquemas y los recursos necesarios para transmitir la información".

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