"Escribir me permite evadirme y trasladarme a otra realidad"
La escritora Clara Sánchez, Premio Nadal 2010, presentó ayer en la UNED de Tudela su obra "Lo que esconde tu nombre"; un libro inspirado en hechos reales que gira en torno a un octogenario superviviente del campo de concentración austríaco de Mauthausen.
Apenas tenía espacio en su apretada maleta. Sin embargo, nunca olvidaba meter un bolígrafo y un papel. Debido a la profesión de su padre, cuando era niña, Clara se veía obligada, en más de una ocasión, a trasladarse de ciudad en ciudad.
"Me agarré a un bolígrafo y a un papel. Debido a la profesión de mi padre, sabía que había personas y cosas que dejaba y que nunca iba a volver a ver. Por eso, para retener las cosas, escribía y leía".
Y las palabras de aquella niña de Guadalajara se fueron convirtiendo, con el paso de los años y de las experiencias, en grandes obras literarias. La necesidad de evadirse fue clave.
"Escribo desde niña por dos motivos. En primer lugar, por una gran necesidad de evadirme. Escribir me permite evadirme y trasladarme a otra realidad. Mi gran vocación de esta vida es la de evadirme. Y en segundo lugar, porque la escritura ha sido mi forma de aprender".
Asegura Clara que en una novela siempre se lee al novelista. Cada una de sus obras es una etapa de su vida. Recuerda con especial cariño sus comienzos.
"Recuerdo que mi familia estaba harta de leer mis textos. Me esquivaban por los pasillos de casa... Así que decidí, en 1989, empezar a publicar. Quería que otras personas leyeran lo que estaba escribiendo".
A lo largo de todos estos años Clara ha publicado cerca de una decena de libros. El último, Premio Nadal 2010, "Lo que esconde tu nombre", un relato de terror que provoca escalofríos. La novela está inspirada en hechos reales. Gira en torno a Julián, un octogenario superviviente del campo de concentración austríaco de Mauthausen que intentará desenmascarar a un matrimonio de origen nazi que vive impunemente integrado en la comunidad. Un tercer personaje, Sandra, una joven embarazada que vive en el piso de al lado del matrimonio, irá descubriendo poco a poco la auténtica identidad de sus vecinos.
"Hace tres años leyendo el periódico, vi la foto de un matrimonio nazi noruego que vivía en la Costa del Sol. Llevaban una vida normal; la de un matrimonio jubilado. Sin embargo, tenían una vida que la gente desconocía. Y es que, a veces, los monstruos que más miedo dan son los que se esconden tras caras agradables".
En esta vida, "nada ni nadie es lo que parece"...
