“Ecuador es un país donde el ánimo de las movilizaciones y de la ciudadanía a participar en los asuntos del Estado y de poder está muy latente”.

Entrevistamos a Álvaro Jarillo Aldeanueva, Vicerrector de Estudiantes y Desarrollo Profesional de la UNED y Doctor en Derecho, que el pasado 6 de octubre impartió la conferencia “Ecuador: Democracia y participación ciudadana”

Ha trabajado en el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y en la Dirección General de Relaciones Exteriores de la Comisión Europea. Es Doctor en Derecho y actual Vicerrector de Estudiantes y Desarrollo Profesional de la UNED. 

Entrevistamos a Álvaro Jarillo Aldeanueva, que el pasado 6 de octubre impartió la conferencia “Ecuador: Democracia y participación ciudadana”, una actividad enmarcada dentro del Curso “Formación en la gestión y desarrollo de Organizaciones no Gubernamentales y no Lucrativas”.

Una conferencia, ante todo, actual… 

“Desde luego. Pero, de alguna manera, los incidentes no responden a algo espontáneo que haya pasado en la última semana. Es fruto de un año, de una cierta tensión creciente entre los poderes fácticos en Ecuador. En ese sentido el presidente a través del veto presidencial y otras herramientas del poder central ha tenido difícil conciliación con lo que es un prometido proceso de descentralización hacia algunas comunidades como las indígenas que ya venían de alguna manera enfrentándose a él y a otros poderes fácticos como son los medios de comunicación. 

Ha saltado la chispa a raíz de lo que es una revisión de los salarios de la policía. Entiendo que ha puesto un pulso a Correa. Es una situación difícil pero esperemos que la gran mayoría de la sociedad no apoye esos movimientos contrarios al Presidente; es decir, que no quieran derrocar por formas distintas a las urnas. Yo soy optimista; desafortunadamente, hay estado de excepción hasta el viernes pero, poco a poco, las aguas volverán a su cauce”.

“Ecuador: Democracia y participación ciudadana”… ¿Por qué este título para la conferencia?

“El título está puesto desde hace cuatro meses. Queríamos vincular un poco democracia y participación. Ecuador, como los acontecimientos han demostrado, es un país como otros de América Latina donde el ánimo de las movilizaciones y de la ciudadanía a participar en los asuntos del Estado y de poder está muy latente. Eso puede ser muy potente si se canaliza bien.

 Tradicionalmente en Ecuador están muy acostumbrados a que una mala canalización lleve a golpes de Estado cada dos o tres meses y a cambios de gobierno a través de movimientos, revueltas, revoluciones…Correa ha presentado un proyecto en los últimos cuatro años que ha tenido una cierta estabilidad. Fue refrendado en 2009 pero vemos que, efectivamente, si Correa no es capaz de canalizar bien esa participación, de descentralizar bien determinados asuntos (los hidrocarburos, el agua, intereses de los indígenas o de clases dirigentes como los policías…) el concepto de Democracia, en este caso Socialismo del siglo XXI, se puede venir abajo. La realidad lo ha demostrado”.